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Chile: Bien, dado el Contexto



Aunque con una desaceleración en los últimos meses, lo cierto es que los números de actividad conocidos para los primeros 8 meses del año se ubican por sobre las previsiones que manejaba el mercado a comienzos de año. Un lugar relevante en dicho favorable resultado lo ocupa el dinamismo de la inversión, que inició con fuerza un ciclo de recuperación. La inversión en Maquinaria y Equipo ya acumula cuatro trimestres consecutivos de fuerte crecimiento, a lo que se agrega ahora la inversión en construcción, que luego de siete trimestres consecutivos de caída, suma ahora dos de recuperación.

Lo que está sucediendo con la inversión tiene importantes repercusiones sobre el crecimiento futuro. Primero, tal cual ya lo recoge el Banco Central en su último IPOM, permite revisar al alza tanto el crecimiento potencial (corto plazo) así como, más relevante, el tendencial. Todo indica que, al menos hasta ahora, a pesar del mayor ruido proveniente de la economía mundial y regional, los planes de inversión han mantenido su curso. En ello contribuye, en general, buenos resultados de las empresas locales, una todavía fuerte demanda mundial por nuestros productos de exportación, un precio del cobre que, aunque ha retrocedido, sigue en niveles que hacen rentables la mayor parte de proyectos mineros para ese producto y sus derivados. Debemos agregar que el alza registrada en el tipo de cambio está teniendo un impacto positivo sobre la rentabilidad del sector exportador, lo que contribuye a mejorar el ingreso de dicho sector y su potencial de sostener nuevas inversiones.

A pesar de todo lo anterior, el mercado laboral aún no muestra señales de recuperación. Una aceleración en el crecimiento en la fuerza de trabajo, menor generación de empleo por parte del sector público y el rezago habitual entre la recuperación de la actividad y el empleo, son todos factores que se conjugan para entender el incremento observado en la tasa de desempleo. Un síntoma evidente de la holgura que aún muestra el mercado laboral es la trayectoria de las remuneraciones, que han desacelerado su crecimiento nominal y que de hecho registran una caída en términos reales en su variación en doce meses.

Lo anterior, sumado a un retroceso en las expectativas económicas de las familias, está comenzando a afectar el dinamismo del consumo de los hogares. De hecho las ventas del comercio minorista están prácticamente estancadas en su variación en doce meses, a lo cual también ha contribuido la virtual desaparición de la fuerte demanda que mantuvieron los argentinos por bienes durables a lo largo de los últimos años.

Por su parte la devaluación del peso, aunque acotada en el contexto regional, ha contribuido a una normalización más rápida de la inflación, la cual ya se ubica algo por sobre el tres por ciento en su variación en doce meses, centro del rango meta de la autoridad monetaria. De hecho, en sus últimos comunicados el Banco Central ha puesto un sesgo contractivo a futuros movimientos en la Tasa de Política Monetaria, argumentando un supuesto cierre más pronto de las brechas de capacidad de la economía. Aunque no suscribimos dicho diagnóstico, sobre todo tomando en cuenta lo dicho sobre el mercado laboral, no podemos descartar una decisión de alza en la TPM
en la próxima reunión a celebrarse los días 17 y 18 de octubre próximos.

Con todo, esperamos que este año la economía logre un crecimiento en torno al cuatro por ciento, bastante sostenido por la recuperación de la inversión. Para el próximo año deberíamos observar una mejoría en el mercado laboral, con algún efecto positivo sobre el consumo de los hogares, lo que contribuiría a compensar un menor dinamismo relativo de la inversión, de manera de alcanzar un crecimiento levemente inferior al cuatro por ciento. Esto en un escenario base que contempla un desempeño económico mundial que
sigue siendo favorable, con la mantención de buenos precios para nuestros productos de exportación.

La TPM mantendrá un gradual ritmo de alzas a lo largo de los próximos trimestres, lo que la llevaría a niveles del orden de 3,5 por ciento hacia fines del 2018. En este contexto, esperamos un tipo de cambio algo inferiores a los observados actualmente, en torno a los 655 pesos por dólar.

 



Gemines (Alianza LAECO)

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