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Ecuador: Una proforma presupuestaria con inconsistencias



La proforma del Presupuesto General del Estado (PGE) para el año 2019 fue enviada a la Asamblea el 31 de octubre y debe ser discutida y aprobada en el transcurso del mes de noviembre. No obstante, el contenido de la proforma presenta varias inconsistencias, pese a que existen recortes que apuntan en la dirección correcta. Además, existen supuestos que resultan demasiado optimistas, sobre todo en variables clave para el PGE como el precio proyectado del petróleo para 2019.

En primer lugar, la proforma para 2019 no toma en cuenta la ejecución del gasto en 2018 y más bien se compara con el PGE codificado (es decir, el Presupuesto aprobado por la Asamblea, pero incorporando algunas modificaciones que ha hecho el Ministerio de Economía y Finanzas), que muestra varias inconsistencias respecto al PGE realmente ejecutado. Por lo tanto, el Gobierno destaca supuestos recortes en el gasto que en realidad no se darían en 2019. En el caso de los bienes y servicios de consumo, por ejemplo, el gobierno espera una reducción “significativa” de 14% al comparar la proforma 2019 con el Presupuesto codificado de 2018. Sin embargo, si se toman en cuenta las proyecciones de gasto del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), que basa sus estimaciones en el gasto realmente ejecutado hasta octubre de este año, en 2019 el gasto en bienes y servicios de consumo sería levemente mayor que el efectivamente ejecutado en 2018. Algo similar ocurre con el gasto de inversión que ejecuta directamente el Gobierno (es decir, excluyendo las transferencias de capital a los gobiernos seccionales) y que ha sido la variable de ajuste en 2018.

Incluso en la comparación con el PGE codificado la proforma ya contempla un aumento en el gasto total, en gran parte como consecuencia del restablecimiento del aporte al fondo de pensiones de la seguridad social que en 2019 sería, según los cálculos del Gobierno, de US$1.240 millones, es decir, más de 1% del PIB. En ese contexto, hubiera sido esperable un recorte mayor en otros componentes del gasto corrientes, principalmente sueldos y salarios, donde la caída en 2019 sería de apenas 0,7%.

Por otro lado, el gobierno espera que el PIB en 2019 alcance un crecimiento anual de 1,4% y en base a esa proyección, optimista en nuestra opinión, ha proyectado un aumento en los ingresos tributarios. Finalmente, los ingresos petroleros en 2019 también podrían ser menores a los contemplados en la Proforma, que se basa en un precio de referencia de US$58,3 por barril (mayor al observado en los últimos días) y en una producción de 565.000 barriles diarios, 9% mayor al volumen promedio observado en lo que va de 2018.

Si, como creemos, los ingresos tributarios y petroleros están sobrestimados, entonces el déficit y las necesidades de financiamiento calculados por el Gobierno estarían subestimados. En un contexto de difícil acceso a financiamiento externo, es posible que en 2019 el Gobierno se vea obligado a llevar a cabo un ajuste en el gasto mayor al que ahora quiere asumir.



Cordes (Alianza LAECO)

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