Actividad

La economía argentina cayó 9,9% en 2020, ¿cuánto recuperará en 2021?



¿Cómo cerró la economía el 2020?

En el cuarto trimestre de 2020 la economía se contrajo 4,3% i.a. y de esta manera, la economía argentina cayó 9,9% en 2020, levemente por debajo de la caída de 2002 (-10,9%). A su vez, teniendo en cuenta que el nivel de actividad se contrajo en los últimos tres años, la caída acumulada fue de 14,0% respecto al promedio de 2017. Por otro lado, la actividad mejoró 4,5% en términos desestacionalizados ubicándose 4,7% por debajo del último trimestre de 2019. De esta manera, el arrastre estadístico positivo para 2021 se ubica en 5 p.p.

El consumo privado continuó fuertemente golpeado. Se contrajo 8,1% i.a. en el cuarto trimestre y cerró el año con una caída promedio de 13,1% durante 2020, encadenando tres años consecutivos de caída y contrayéndose significativamente más que la caída del PBI. Este hecho se explica por el impacto de las restricciones a la circulación con motivo de la pandemia, que no solo impidió el consumo de muchos bienes y servicios, sino que significó la pérdida de muchos puestos de trabajo -principalmente dentro del plano informal y cuentapropista- a la vez que favoreció el deterioro del salario real (en torno al 3,6% anual). Cabe destacar que este componente de la demanda logró experimentar una nueva mejora respecto al trimestre anterior (+4,2%), recuperándose a un ritmo similar al del total de la economía.

Por su parte, la inversión productiva corrió una suerte distinta. Luego nueve trimestres consecutivos de caídas interanuales, la Formación Bruta de Capital (FBC) creció 15,9% respecto al mismo trimestre de 2019. A su vez, luego de caídas en el primer semestre del año, experimentó el segundo crecimiento consecutivo (+17,3%) en términos desestacionalizados, siendo el componente de la demanda que mayor velocidad tuvo en recuperarse (cerró un 15,8% por encima del cuarto trimestre de 2019). La mejora se debe al incremento de 10,2% de la inversión en construcción (sector que logró recuperar los niveles pre-pandemicos al cierre del 2020), maquinaria y equipo (+21,7%) y equipo de transporte (+49,6%), donde en estos dos últimos se expandió en mayor medida el componente nacional. De todas maneras, la inversión cerró con una caída de 13,0% en 2020, representando un 16,5% del PBI en el promedio del año (el nivel más bajo desde el año 2004).

En lo que respecta al sector externo, tanto las importaciones (-2,8% i.a.) como las exportaciones (-32,5% i.a.) mostraron un retroceso en el cuarto trimestre de 2020. Sin embargo, mientras que las importaciones lograron recuperarse un 14,1% respecto al trimestre anterior, las exportaciones se contrajeron un 8,7%. En este sentido, el mal desempeño de las cantidades exportadas corresponde principalmente a la elevada brecha cambiaria que actuó como desincentivo a las ventas al exterior, a la par que problemas de conflicto gremial en el cierre del año generaron un golpe marginal extra. Por su parte, las cantidades importadas lograron recuperarse respecto al tercer trimestre gracias a la recuperación en la industria (que cerró el 2020 en niveles previos a la pandemia) pero también por los incentivos al adelanto de compras externas ante las expectativas de devaluación. Cabe destacar que, a pesar del peor desempeño de las exportaciones en el cierre del año, las importaciones cayeron a un ritmo similar a las exportaciones en el promedio anual (-18,1% y -17,7%, respectivamente).

¿Qué esperamos para este año?

En 2021, la recuperación de la actividad estará determinada por cómo evolucione el frente sanitario. Los contagios diarios están aumentando a un ritmo alto en otros países de Latinoamérica -como Brasil y Chile- y la campaña de vacunación está evolucionando más lento de lo esperado en nuestro país, por lo que no se lograría evitar una segunda ola de Covid-19. De todas maneras, creemos que el aprendizaje de producir bajo pandemia permitiría que la implementación de nuevas restricciones sea menos estrictas que el año pasado. Sin embargo, seguirá existiendo un rebote de carácter heterogéneo a nivel sectorial: los no esenciales -como Hoteles y restaurantes y Otras actividades de servicios comunitarias y parte del Transporte, entre otros- continuarán con una lenta recuperación, mientras que algunos sectores (principalmente productores de bienes) tendrán algo de aire para mantenerse en niveles superiores a la pre-pandemia.

Por su parte, hay que remarcar las necesidades políticas impactarán también sobre el proceso de recuperación. Al tratarse de un año electoral, el Gobierno buscaría reducir la depreciación del tipo de cambio oficial para desacelerar la inflación, con el objetivo de recuperar poder adquisitivo en los meses previos a las elecciones. Además, esto sería complementado con planes oficiales para fomentar el consumo privado, lo cual podría ayudar a dinamizar a la actividad en el muy corto plazo.

En síntesis, teniendo en cuenta que habría un inevitable (pero menor) impacto de la pandemia sobre la economía, el nivel de actividad lograría recuperarse solo en torno al 6% en 2021. Este crecimiento estará más ligado al arrastre estadístico significativo -en torno a los 5 p.p.- que dejó el año anterior, más que a una recuperación económica de magnitud.



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