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La inflación de 2022 fue la más elevada en 32 años



El IPC Nacional INDEC creció 5,1% mensual en diciembre, acelerándose levemente respecto al mes anterior (4,9%). Por cuarto mes consecutivo el registro se ubicó por debajo de la expectativa del mercado (REM-BCRA), que para diciembre proyectaba un 5,5%, logrando mostrar una escala descendente desde los picos del 3T.

No obstante, el IPC Núcleo se aceleró 0,5 p.p a 5,3% m/m, recordando que la inercia sigue siendo elevada. El registro de diciembre quebró la importante desaceleración para este indicador que había mostrado noviembre (4,8%), retomando una dinámica similar a la de septiembre y octubre (5,5% m/m). Al excluir precios con comportamiento estacional, sujetos a regulación o con alto componente impositivo, la inflación núcleo se utiliza como proxy de la tendencia del nivel general de precios, en tanto depende en mayor medida del ciclo económico.

De esta forma, la inflación se aceleró a 94,8% en 2022, la variación más alta desde la hiperinflación de 1990 (1.344%). Sobre una elevada inercia que traía 2021 en torno al 3% mensual, la dinámica inflacionaria del año pasado estuvo signada por dos shocks que desanclaron las expectativas y generaron un cambio cualitativo y cuantitativo en el escenario nominal hacia adelante, volviéndolo más elevado e inestable: la guerra en Ucrania (marzo/abril) y la crisis de la deuda en pesos y reservas junto con la renuncia del ex ministro Guzmán (julio) que implicaron un overshooting de la brecha cambiaria, añadiendo combustible adicional a la inflación del 3T.

En un mes sin incidencia del ajuste en tarifas de servicios públicos, el capítulo de Alimentos y bebidas no alcohólicas volvió a jugar a favor, ubicándose por tercer mes consecutivo por debajo del nivel general (+4,7%). Las carnes también volvieron a mostrar un ritmo inferior al promedio por sexto mes consecutivo, creciendo 2,7% m/m (+62,5% i.a), con una dinámica de la carne vacuna que fue fundamental a la hora de evitar un mayor número en el IPC a lo largo del año (ver informe). Por otra parte, a diferencia del mes anterior, cuando la caída en los precios de la verdura había sido clave para la manifiesta moderación inflacionaria, en diciembre las verduras treparon más en línea con el promedio (4,9%), registrando una suba del 170% en el total anual. En contraste, se destacó el aumento de Frutas (+10,7%); Aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos (+7,6%) y en Pan y cereales (+5,8%).

En sentido contrario, entre los mayores aumentos del mes se destacaron el servicio doméstico (+8%), que impactó en Equipamiento y mantenimiento del hogar (5,9%); Restaurantes y hoteles (+7,2%); combustibles (+4%), que incidieron en Transporte (+5,8%); y la cuota de medicina prepaga (+6,9%), dentro de Salud (+5,7%).

¿Qué categorías subieron más en el año? El alza fue liderada por Prendas de Vestir y Calzado (+120,6%); seguida por Restaurantes y hoteles (+108,8%). Por su parte, Equipamiento y mantenimiento del hogar anotó 97,2%. En quinto lugar se ubicó Alimentos y bebidas no alcohólicas, con 95,0% i.a., en línea con el nivel general. Por otro lado, las menores variaciones se vieron en Comunicación (+67,9%), Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (+80,9%) y en Recreación y cultura (+83,0%).

En cuanto a las categorías, en diciembre Regulados registró 5,1% en la comparación mensual y 85,7% en la interanual -donde impactaron principalmente las subas en combustibles y en las cuotas de medicina prepaga–; Estacionales anotó 4,6% y 134,1% en la comparación interanual.

¿Qué esperamos para 2023?

En principio, en enero impactarán puntualmente los (demorados) aumentos en colectivos y trenes (+40%), acompañados por servicio doméstico (+7%), prepagas (+6,9%), combustibles (+4%) y telefonía y cable (+4%). Además, se aplicará una nueva etapa de la quita gradual de subsidios en gas, electricidad y agua, tal como estaba dispuesta. En este marco, esperamos una inflación situándose en la zona del 5,5% para el primer mes del año.

Hacia adelante, sobre el piso elevado que dejó el 4T de 2022 (5,5% mensual) se sumará el posible impacto de la sequía sobre los precios de alimentos, un potencial “despertar” del precio de la carne vacuna, la dinámica salarial, los ajustes pendientes en las tarifas de servicios públicos y las restricciones sobre las importaciones, factores que seguirán presionando sobre el nivel de precios.

Sin embargo, la moderación del crawling peg, en conjunto con el amplio set de acuerdos de precios cerrados recientemente y sin shocks como los ocurridos el año pasado que permitan mantener contenida la brecha, la inercia y las expectativas de inflación lograrían moderarse en el margen. Como resultado, esperamos una lenta tendencia a la moderación de la nominalidad en los próximos meses.



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