Finanzas Públicas

La recaudación tributaria sigue en rojo por la recesión



¿Cómo fue la recaudación tributaria en febrero?

En el segundo mes del año, la recaudación nacional alcanzó los ARS 331 mil millones. De esta forma, se elevó 40,4% i.a. respecto al mismo período del 2018. Dado que la inflación se ubicó por arriba del 50% i.a., el total de recursos tributarios descendió 7,1% en términos reales -en línea con los meses anteriores, ya que promedió una caída de 7,4% i.a. en diciembre y enero-.

La caída en los recursos tributarios responde al desplome del IVA (-11,7% i.a. deflactado), los aportes y contribuciones a la seguridad social (-13,8% i.a. en términos reales) y los derechos de importación (-19,1% descontando la inflación). El primero de estos impuestos se deterioró por la caída de las ventas y por la disminución de alícuotas en su segmento aduanero. A la vez, se dejaron de percibir los efectos positivos que el año pasado dio el cambio en la forma de cómputo de los impuestos a cuenta. Lo recaudado por seguridad social, por su parte, sumó su décimo primer mes en rojo debido a la caída de la masa salarial formal y la reducción de las contribuciones patronales. Por último, el desplome de las importaciones afectó la recaudación de aranceles.

Por el contrario, el impuesto a las ganancias aumentó 1,1% i.a., el impuesto a los bienes personales creció 18,2% i.a., a pesar de la caída de la actividad, y los derechos de exportación volvieron a saltar 106,9% i.a. (todos en términos reales), debido a la ampliación de las retenciones.

¿Deberá incrementarse la recaudación para pagar el aumento de las AUH?

En los últimos días, el Gobierno anunció dos medidas expansivas del gasto: los préstamos a tasas subsidiadas para PyMEs y el adelanto de todos los aumentos anuales a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo -haciendo que estas prestaciones salten 46% en marzo, en lugar de 12%-. En un contexto de contracción de los ingresos tributarios, la implementación de estas medidas podría complicar la reducción del déficit fiscal y jaquear las metas acordadas con el FMI. No obstante, la primera medida insumirá ARS 400 millones que, según fuentes oficiales, saldrán del presupuesto del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo del Ministerio de Producción. De esta manera, no corresponde a un nuevo gasto sino a la utilización de recursos ya asignados a esta cartera.

En cuanto a lo segundo, nuestras estimaciones indican que el costo fiscal estará por encima de los ARS 15.000 millones, poco menos de 0,1% del PBI de este año. Este gasto implica un costo importante para el Estado. Sin embargo, la utilización de fondos adicionales en estas partidas está contemplada dentro de los ajustadores del stand-by, que indican que pueden ejecutarse hasta ARS 35.800 millones extra en concepto de gasto social, en caso de darse condiciones económicas adversas. De esta forma, el incremento no sería un obstáculo para el cumplimiento del acuerdo.

¿Qué esperamos hacia adelante?

Dado que el IVA es el mayor componente de los ingresos tributarios (representó un tercio del monto total recaudado en 2018), el repunte de las ventas es fundamental para aumentar la recaudación. Así, en la medida en que la actividad económica no mejore (y no se implementen nuevos impuestos), la recaudación seguirá deprimida. En consecuencia, conforme a nuestras estimaciones, el monto total recaudado recién volverá a crecer en términos reales hacia el tercer trimestre, cuando la economía empiece a mostrar signos de recuperación (por la baja base de comparación) y la masa salarial formal atenúe su caída. De esta forma, proyectamos que la recaudación tributaria disminuirá alrededor de 1% en términos reales en 2019.



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