Sectorial

Caída libre en la mayoría de los sectores



El nivel de actividad en el segundo trimestre de 2019 mostró un crecimiento del 0,6% i.a. pero acumuló una caída del -2,5% i.a. en el primer semestre del año. Entre los 13 principales sectores (que acumulan el 75% del Valor Agregado Bruto) solo dos se encuentran en expansión, otros dos bajo recuperación y el resto en contracción.

De no haber sido por la expansión del 46% i.a. del sector agropecuario, la actividad hubiese profundizado su caída hasta el 4,1% i.a.

Sectores en contracción

Se destacan las actividades ligadas principalmente al consumo en el mercado interno y las actividades proveedoras de insumos para el resto de los sectores. En este sentido, producto del fuerte deterioro del poder adquisitivo del salario, que promedió una caída del 10% i.a. en el trimestre, servicios tales como comercio, electricidad, gas y agua, servicios sociales y comunicaciones, consolidan su recesión. Al mismo tiempo, la construcción y el sector inmobiliario muestran significativas caídas en un contexto de inestabilidad cambiaria y elevadas tasas de interés. Por su parte, la actividad de intermediación financiera se mantiene paralizada, debido al racionamiento del crédito y la industria química se ve fuertemente golpeada por la caída de la demanda de sus sectores clientes, vinculados principalmente al consumo masivo.

Sectores en recuperación

Es posible ver una incipiente recuperación en los sectores de la industria alimenticia y del transporte, vinculados al récord de producción agrícola y al aumento de las exportaciones de carne vacuna. De todas maneras, es posible que esta reactivación no se consolide en la segunda parte del año, debido a que el efecto positivo de una cosecha récord se irá disipando y el consumo interno continuará en terreno negativo en lo que resta de 2019.

Sectores en expansión

Únicamente dos sectores se encuentran en expansión y son los vinculados a la actividad extractiva: agricultura y petróleo y gas. En esta línea, tanto la cosecha agrícola como la explotación de Vaca Muerta amortiguan la recesión generalizada de la economía.

En el caso de la agricultura, la cosecha de los principales cultivos del país logró alcanzar un récord y la producción creció 25% i.a. (considerando soja, maíz, trigo y girasol), luego de la sequía sufrida en 2018.

Por su parte, el crecimiento del sector petrolero se debe principalmente al impulso de los hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta. En junio, la producción de gas fue la más alta en los últimos 11 años y la producción de petróleo acumuló 16 meses de crecimiento ininterrumpidos.



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