Actividad

Industria y construcción: un freno a la recuperación



¿Cómo evolucionó la construcción?

Según el INDEC, el Índice Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) exhibió una caída del 17,7% i.a., acumulando veinticuatro meses consecutivos en terreno negativo y una contracción del 31,8% i.a. en lo que va del año. Por su parte, luego de tres meses consecutivos de mejoras mensuales, el indicador mostró un retroceso de 1,0% desestacionalizado respecto a julio. De todas maneras, cabe destacar que el nivel de actividad se ubicó un 0,7% por debajo respecto a diciembre de 2019 y apenas un 0,5% por debajo de febrero, mes previo a la irrupción de la pandemia.

Al interior del índice, resalta que los insumos relacionados a la obra pública y obras de mayor tamaño siguieron mostrando contracciones significativas (por caso, el hormigón elaborado cayó -62,2% i.a. y el asfalto -60,2% i.a.). A contramano, los insumos relacionados a obras más pequeñas mostraron un mejor desempeño, como consecuencia de la mayor demanda de refacciones para el hogar producto de la cuarentena. En este sentido, resalta la dinámica de pinturas para la construcción (+7,7% i.a.), placas de yeso (+7,1% i.a.), ladrillos huecos (+17,4% i.a.) y pisos y revestimientos cerámicos (+1,7% i.a.).

Por su parte, la proporción de empresas que pudieron operar con normalidad evidenció un estancamiento en agosto. En este sentido, según los datos publicados por CAMARCO, la proporción de empresas disponibles pasó de un 54% en julio a 55% en agosto -mientras que en junio había sido de 45%-. A su vez, destaca que en el interior del país esta cifra alcanzó a un promedio de 61% en agosto, mientras que en el AMBA dicha proporción se reduce a un 32% de las firmas, como consecuencia de las mayores restricciones a la producción y circulación.

¿Y la industria?

Según el INDEC, el Índice de Producción Industrial Manufacturero exhibió una contracción de 7,1% i.a. en agosto, acumulando una caída del 12,5% i.a. en los primeros ocho meses del año. Por su parte, mostró un retroceso del 0,9% respecto a julio, cortando con la tendencia de recuperación observada a partir de mayo. De esta manera, el indicador acumuló una contracción de 6,8% respecto a diciembre de 2019 y se encontró un 7,4% por debajo de los niveles previos a la irrupción de la pandemia.

En lo que respecta a las ramas industriales, continuó reinando un impacto heterogéneo. Resalta el caso de Muebles y otras industrias manufactureras (+10,2% i.a.) dado que fue el único sector que mostró una mejora de dos dígitos, gracias a la mayor demanda doméstica vinculada a bienes para el hogar. Además, los sectores menos golpeados fueron Alimentos, bebidas y tabaco (-4,8% i.a.), Madera, papel, edición e impresión (-3,1% i.a.)  y Productos de metal, maquinaria y equipo (-3,5% i.a.). A contramano, los más afectados siguieron siendo los que mayores restricciones operativas tuvieron durante el mes (por caso, Otros equipos cayó -29,9% i.a. y Textiles y prendas de vestir, -26,7% i.a.).

¿Qué esperamos?

En lo que respecta a la construcción, en la medida que las restricciones operativas sigan latentes en el AMBA, el sector no podrá continuar con la recuperación por la imposibilidad de retomar en su totalidad las obras privadas de mayor magnitud y dinamizar a la oferta. A su vez, resalta que la cuestión sanitaria comenzó a complejizarse al interior del país, lo cual podría actuar como un freno extra para que la recuperación continúe su curso.

Por otro lado, cabe destacar que en el corto plazo los insumos vinculados a las obras privadas más pequeñas seguirán siendo los que muestren mayor dinamismo (por caso, los despachos de cemento crecieron 10,1% i.a. en septiembre y 13,1% respecto al mes anterior). Además de la mayor demanda para refacciones dentro del hogar producto de la cuarentena, la mejora se explica por la falta de alternativas de ahorro en un contexto de fuerte cepo cambiario. Sin embargo, está dinámica no alcanzará para que la recuperación del sector se consolide en los últimos meses del año. En este marco, esperamos que cierre con una contracción anual en torno al 25% i.a. en 2020.

Por el lado de la industria, el retroceso de agosto dejó en evidencia que la mejora de los meses anteriores correspondió en mayor medida a recomposición de stocks y liberación de ordenes pendientes luego de la imposibilidad de producir en abril. En este marco, esperamos que el sector entre en una fase de recuperación más lenta -o hasta incluso muestre nuevos retrocesos- en lo que resta del año. Además de cómo evolucione la cuarentena, está dinámica se observaría por el contexto de incertidumbre y las mayores restricciones cambiarias, en el cual ciertas empresas podrían sufrir complicaciones para la provisión de insumos. Por lo tanto, esperamos que la industria exhiba una contracción en torno al 10% i.a. en 2020, acumulando tres años consecutivos en rojo.



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