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Precios mayoristas: acumularon en el primer cuatrimestre la mayor suba desde el 2002



¿Cómo evolucionaron los precios mayoristas en abril?

En abril, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) creció 4,8%, acelerándose 0,9 p.p. respecto al mes anterior. De esta manera, aumentó 61,3% en términos interanuales, representando la cifra más alta desde agosto de 2019, periodo en el cual impactó el salto cambiario pos-PASO.

A su vez, analizando el acumulado del año, crecieron 21,9% en el primer cuatrimestre (más de 5% promedio mensual). Este número implica una importante aceleración en comparación a 2020, dado que los precios habían trepado solamente 2,3% hasta abril, y, a su vez, representa la variación más alta desde el 2002 (+61,3% en el primer cuatrimestre), cuando los precios mayoristas habían sido impulsados por la salida de la convertibilidad.

Al desagregar al índice, se observa que la suba fue generalizada: los importados crecieron 20,8% en el primer cuatrimestre, mientras que los nacionales treparon 22,0%. Al interior de los segundos, los primarios saltaron 24,8%, los productos manufacturados 20,9% y la energía eléctrica 35,6% en el mismo periodo.

¿Qué explicó esta dinámica?

A diferencia de otros periodos, hay que tener en cuenta que la aceleración sucedió sin que hubiera un salto cambiario de magnitud. De hecho, el tipo de cambio oficial trepó 12,4% en el primer cuatrimestre, casi la mitad que la variación acumulada de los precios mayoristas. A su vez, el CCL creció menos de 10% y el dólar MEP por debajo del 5%, por lo que tampoco se explicó por el alza de las cotizaciones paralelas.

En este marco, el proceso inflacionario se volvió más complejo de explicar: en otros periodos la aceleración venía de la mano de la suba de algún driver claro -como el tipo de cambio-, mientras que en el actual no existe un importante acelerador. En este sentido, cobra mayor relevancia la inercia que están teniendo todos los precios de la economía (tanto los mayoristas, como el costo de la construcción y el índice de precios al consumidor) y las explicaciones no son tan sencillas ni lineales, sino una mezcla de factores.

Un primer motivo que pudo haber influido en la aceleración es que los dólares paralelos hayan cobrado mayor relevancia para determinar el tipo de cambio efectivo importador. En otras palabras, mayores trabas a las importaciones, dificultades de algunas empresas para conseguir dólares propios o cierta incertidumbre sobre los costos de reposición generaron que determinadas empresas valuaran sus compras externas a un dólar “de 150”, incrementando el tipo de cambio efectivo para la importación. Si bien es difícil determinar en qué momento predominó este efecto, es uno de los factores por los que los precios manufacturados alcanzaron un 56,6% i.a. en abril y los importados un 63,8% i.a.

Por otro lado, otra de las razones se encuentra en las presiones que generó el alza de los precios de los commodities. Para poner un ejemplo, el repunte del crudo presionó directamente sobre los productos minerales (que forman parte de los precios primarios), ya que acumularon una suba de 33,8% en el primer cuatrimestre (+5,5% en abril). A su vez, también existió un impacto sobre algunos precios manufacturados: los bienes refinados en petróleo crecieron 34,4% en el periodo (+9,5% en el último mes) y las sustancias químicas básicas 40,9% (+13,1%).

Además, las autorizaciones de subas de precios regulados, que habían acumulado importantes atrasos durante el año anterior, también impactaron sobre el índice. En este sentido, la suba de combustibles ya acumuló poco menos de 30% en el primer cuatrimestre, otorgando presiones sobre varios precios que componen al indicador: un ejemplo es el de vehículos automotores, carrocerías y repuestos, que acumuló una suba de casi 20% entre enero y abril. A su vez, la autorización de incrementos de tarifas para usuarios no residentes del 9% impactó directamente sobre la energía eléctrica (+8,9% en abril), que ya acumuló una suba de 35,6% en lo que va del año. Teniendo en cuenta que la suba de este índice durante todo el 2020 había sido solamente del 1,2%, queda en evidencia como la corrección de los regulados está tensando al nivel de precios.

Para finalizar, resta remarcar que los precios mayoristas no son necesariamente un “adelanto” de lo que sucederá con los minoristas. En este sentido, los bienes ponderan más en esta canasta (dado que está compuesto en su mayoría por transables) que en el índice de precios al consumidor. De todas formas, la aceleración es preocupante: que el IPIM haya promediado más de 5% en el primer cuatrimestre y el IPC más de 4% forma todo parte del mismo proceso inflacionario.

¿Qué esperamos?  

En los próximos meses, se podría visualizar una desaceleración de los precios mayoristas. En este sentido, el efecto del alza de los precios de los commodities se irá diluyendo en el corto plazo, a la par que el menor ritmo de depreciación de la cotización oficial ayudará a contener la suba de precios. A su vez, hay que tener en cuenta que, descontando la nueva alza de combustibles de mayo, no habrá otro incremento en lo que resta del año. De todas maneras, a pesar de la posible menor evolución de los próximos meses, el alza en lo que va del año condicionará a la variación anual: difícilmente la evolución de los mayoristas se ubique por debajo de 45% en 2021.



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